El pasado 9 de enero, mientras miembros de la sección sindical de CCOO de El Corte Inglés de Madrid nos manifestábamos contra los despidos que le empresa ha efectuado en el centro de trabajo de Serrano/Ayala, nos fue lanzada una botella llena de agua desde la planta 4ª del edificio. El hecho fue denunciado al responsable de seguridad del centro y a la dirección central de RR.LL., con el fin de que identificaran al autor y tomaran medidas en consonancia con la gravedad de los hechos. La tarea que pedimos a la empresa no es nada difícil, ya que en la planta en cuestión, en el momento de la agresión solo había 4 trabajadores y el centro dispone de cámaras de seguridad como en los demás.
Pues bien, la respuesta es de lo más peregrina y denota el desinterés de la dirección de acabar con cualquier episodio violento que se pueda generar en torno a los centros de trabajo. Entendemos esta pasividad como una evidente complicidad de los hechos y como una irresponsabilidad que puede generar un ambiente violento y de consecuencias imprevisibles ya que lo que ocurrió se puede calificar de HOMICIDIO EN GRADO DE TENTATIVA, y que solo la fortuna (la botella solo rozó la espalda de una compañera) ayudó a atenuar los consecuencias.
Nosotros no tenemos ni los medios ni la facultad de la empresa para identificar al descerebrado autor del ATENTADO; si así fuera ya estaría puesta la correspondiente denuncia en el JUZGADO DE GUARDIA o ante la policía.
Esta es nuestra dirección: dura con los responsables trabajadores a los que aplica sin piedad sanciones y despidos injustos, y permisiva con los violentos y descerebrados guardianes de la esencia "CORTY".
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