¿Un E.R.E. en El Corte Inglés? Ni falta que hace

Estamos hasta la coronilla de oír hablar de expedientes de regulación de empleo en cantidad de empresas de este país (dentro del marasmo de crisis financiera, inmobiliaria y de consumo con que nos desayunamos todos los días), incluso de tener que soportar el asedio de la prensa para que les confirmáramos el “macutazo” de que la empresa estaba preparando uno bien gordo, que desde CC.OO., conociendo la empresa y sus circunstancias, siempre hemos negado esa posibilidad y la dirección central de la empresa, a requerimiento nuestro, nos ha garantizado que no existe, al momento actual, ninguna intención de que lo haya.

No obstante, hemos echado un vistazo a la situación en El Corte Inglés y concretamente a la evolución de su plantilla en el centro comercial de Preciados-Callao, durante el año de “crisis” que ha sido 2008.

Iniciamos el año con una plantilla de 2.660 trabajadores. Ésta creció hasta alcanzar los 2.923 en marzo, merced a la cacareada y publicitada “creación de empleo”, que parió la ampliación del calendario comercial por la declaración de Zona Turística realizada por los gobiernos “PePeros” de la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid (acordaros en las próximas elecciones). De esta forma nuestros días de apertura pasaron de 321 a 361 (+12,5%), concentrados en días de alta afluencia de público, ya que tal incremento se produce en domingos y festivos en que la práctica totalidad del comercio no abre sus puertas.

Pero hete aquí que cuando repasamos el número de trabajadores del Centro en diciembre de 2008, nos encontramos con que su plantilla se ha reducido a 2.454 trabajadores, sin realizar ningún Expediente de Regulación de Empleo. Los 206 Trabajadores menos que en diciembre de 2007 y 469 trabajadores menos que en marzo de 2008, suponen una destrucción de empleo muy importante, cuando el horario comercial del centro se ha ampliado en un 12,5%, y las ventas han superado las del año anterior -aunque sólo sea por el efecto de la ampliación de días comerciales-. Todos somos conscientes de la que está cayendo, y de las dificultades por la que pasan pequeñas y medianas empresas que se quedan sin financiación, sin ventas y sin trabajo, por no hablar de los trabajadores que pierden su trabajo y su salario.

También conocemos el drama social y económico que representa que el paro haya aumentado en España un 5,51% en 2008. Por eso nos preocupa doblemente el que un centro comercial de El Corte Inglés que aumentó en 2008 el tiempo de su actividad productiva en un 12,5% (con el consiguiente sacrificio de la calidad de vida de sus trabajadores), en lugar de crear un 12,5% de empleo, haya destruido un 7,75%.

Todo esto, se produce en una Empresa en la que el más del 80% de sus trabajadores tiene un Salario Base de 843 € brutos mensuales, y en la que a la mayoría de los trabajadores no se les reconoce otra categoría laboral que la genérica de “profesional”, por lo que da igual ser cocinero o electricista (titulado y experimentado), que mozo de almacén.

Ésta destrucción de empleo, porcentualmente muchísimo mayor y con menos justificación que la producida a nivel general en el país, repercute muy negativamente en puntos ya muy débiles de la política de la empresa y que en nada favorecen su futura viabilidad, ya que se empeoran las condiciones laborales de sus trabajadores y degradan la calidad de atención a sus clientes.

No sabemos si en España hace falta una reforma laboral y si fuera el caso de qué tipo habría de ser (aunque no estaría de más empezar por fijar unos salarios decentes como tienen los trabajadores de todos los países de nuestro entorno político y económico), pero lo que si está claro es que en El Corte Inglés hace falta una reforma laboral en profundidad, que sólo se podrá afrontar cuando los trabajadores nos deshagamos de los sindicatos amarillos Fasga y Fetico, herramientas de la Dirección de la Empresa que constantemente utiliza para aplicarnos políticas laborables lamentables que, a base de ser mala para los trabajadores, terminará siéndolo también para El Corte Inglés.