Al grito de "Esto es un horror, queremos comedor" decenas de animosos trabajadores y trabajadoras de las firmas que trabajan en el centro del El Corte Inglés de Preciados-Callao, reivindican con una "sentada y bocata" en la puerta de clientes del centro, el derecho a seguir utilizando el comedor de personal en los mismos términos que la plantilla de ECI, tal y como lo venían haciendo hasta ahora.
Es verdaderamente bochornoso y miserable, que la dirección del centro, unilateralmente, haya decidido que estos trabajadores y trabajadoras no puedan utilizar el comedor de personal para ahorrarse unos miserables euros y de paso ir sentando las bases para que, poco a poco, esta mínima ventaja social que aún conservamos, desaparezca para todos y dedicar esos metros cuadrados a superficie de venta.
CC.OO. se ha solidarizado con los compañeros y compañeras de firmas en su justa y necesaria reivindicación estando con ellos en esta primera concentración. Además de la carta que ya hemos hecho llegar a la dirección del centro solicitando que estos trabajadores puedan seguir utilizando el comedor de personal, haremos todo lo que esté en nuestra mano, para que los compañeros y compañeras de las firmas puedan comer en las mismas condiciones que lo hacían hasta ahora.
Una empresa es grande no solo por los miles de metros cuadrados que tienen sus centros de trabajo y por los inmensos beneficios que obtiene, también es grande cuando trata con dignidad y decencia a sus trabajadores. Por estos hechos y otros muchos que día a día padecemos los trabajadores de la empresa, tenemos que convenir que El Corte Inglés es liliputiense.
Es verdaderamente bochornoso y miserable, que la dirección del centro, unilateralmente, haya decidido que estos trabajadores y trabajadoras no puedan utilizar el comedor de personal para ahorrarse unos miserables euros y de paso ir sentando las bases para que, poco a poco, esta mínima ventaja social que aún conservamos, desaparezca para todos y dedicar esos metros cuadrados a superficie de venta.
CC.OO. se ha solidarizado con los compañeros y compañeras de firmas en su justa y necesaria reivindicación estando con ellos en esta primera concentración. Además de la carta que ya hemos hecho llegar a la dirección del centro solicitando que estos trabajadores puedan seguir utilizando el comedor de personal, haremos todo lo que esté en nuestra mano, para que los compañeros y compañeras de las firmas puedan comer en las mismas condiciones que lo hacían hasta ahora.
Una empresa es grande no solo por los miles de metros cuadrados que tienen sus centros de trabajo y por los inmensos beneficios que obtiene, también es grande cuando trata con dignidad y decencia a sus trabajadores. Por estos hechos y otros muchos que día a día padecemos los trabajadores de la empresa, tenemos que convenir que El Corte Inglés es liliputiense.
El calificativo “Liliputiense” me parece se queda un poco escaso para definir la esta decisión que, según parece, ha tomado de forma unilateral la dirección de Preciados. Posiblemente el término “mezquino” se ajuste un poco más a esta realidad. María Moliner (perdonad la pedantería, pero viene que ni al pelo) en su diccionario del uso del español define mezquino como:
ResponderEliminar“aplicado a personas y a sus acciones, sentimientos, etc., falto de generosidad y de nobleza, muy pegado al interés material, capaz de sentimientos y acciones de los que degradan, como la envidia, la hipocresía, la cobardía, la delación o la traición”.
¿Decidme si, mezquino, no se ajusta como calificativo a esta decisión y a los que la han tomado?
Mezquinos define pero que muy bien a los que han privado a estos compañeros y compañeras de poder utilizar el comedor de personal. Liliputiense como antónimo de empresa grande también les cuadra, por tanto son ¡unos mezquinos liliputienses!
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